Es fácil
rendirse en tiempos difíciles; se requiere fe para atravesarlos. Dios quiere
seguir fortaleciéndonos y animándonos a "continuar continuando" a través
de las tormentas. Dios promete ser nuestro Amparo y Fortaleza (Salmo 46:1-3). Él es el Dios de nuestra
salvación, eso significa que nos libera y nos provee un Camino y una salida
(Juan 14:6).
Salmo 46:1-3
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
Juan14:6
—Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Es importante mantenernos gozosos, incluso en tiempos de
problemas, porque el Gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8:10). La
depresión, el desánimo y la desesperación sólo nos debilitan, pero ser
positivos y buscar algo acerca de lo cual regocijarnos agrega energía a nuestra
vida. Podemos regocijarnos simplemente por nuestra relación con el Señor. Él es
nuestro gozo, no nuestras circunstancias.
Nehemías 8:10 (NTV)
Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.»
Cuando confiamos en Dios, Él nos capacita para
progresar espiritualmente aún durante tiempos de prueba. Por Él, podemos
mantenernos caminando hacia adelante. Sigamos caminando cuando el diablo esté
acosando. La herramienta favorita que satanás usa contra los hijos de Dios es
el miedo, el temor. Si se lo permitimos, el miedo/temor nos inmoviliza, nos
impide progresar. Pero gracias a Dios que en Él podemos seguir avanzando,
incluso en épocas difíciles de soportar.
Habacuc 3:17-19
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.
Tendemos a
pensar que el lugar más alto para estar es en la cima de una montaña sin
problemas y con todas las cosas yendo bien, pero eso no es verdad, según Habacuc 3:19. Ahí, en esos lugares altos hay problemas, sufrimientos, dificultades y
responsabilidades, pero Dios promete que nos dará pies de cierva/gacela. Una
cierva/gacela es un tipo de cabra montés que puede brincar libremente aún sobre
laderas rocosas y empinadas. Las gacelas parecen trepar las montañas sin ningún
esfuerzo por la forma en que Dios las ha hecho.
Como Dios es
nuestra Fortaleza, creamos y miremos que Él nos ayudará a avanzar/proseguir a
través de los problemas.
Ya que estamos
en la barca en medio de la tormenta, veámoslo a Él, pongamos nuestros ojos en
Él.
Ya que estamos
caminando en las alturas (Habacuc 3:19) veámoslo a Él, porque si miramos mucho
tiempo hacia abajo nos daría vértigo y acrofobia espirituales.
El vértigo es
una particular sensación de falta de equilibrio. Se siente que las cosas dan
vueltas alrededor o que giramos alrededor de las cosas. (Por estar centrados en
nosotros mismos).
La acrofobia
es un miedo/temor irracional e irreprimible a las alturas. Al igual que otras
fobias, la acrofobia genera fuertes niveles de ansiedad en los individuos que
la presentan, lo que induce una conducta de evitación de la situación temida.
En este caso, las situaciones con una altura notable.
Pero quien haya
pasado por una situación así sabrá que si pone su mirada fija en un punto más
alto, se evita el padecer vértigo y acrofobia; en lo espiritual esto es: Poner
nuestros ojos en Jesús y no en nosotros o las circunstancias.
Hebreos 12:2...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Y la Palabra
dice que Dios nos hace andar en las alturas (Habacuc 3:19), y si nos miramos a
nosotros mismos o si miramos mucho tiempo las circunstancias, fácilmente llega
el "vértigo y la acrofobia espirituales", esos tipos de temor son
contrarios a Dios, porque nos hacen comportarnos de tal manera que queramos
evitar la situación temida: Estar en las alturas, es decir, temer a
"estar sentados en los lugares celestiales".
Efesios 2:4-10 dice
que Dios, es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó... nos dio
vida juntamente con Cristo... y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos
hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los
siglos venideros las abundantes riquezas de Su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús.
Y si padecemos
temor a estar sentados en los lugares celestiales con Cristo Jesús, ¿cómo cumpliríamos
el "mostrar...las abundantes riquezas de Su gracia en Su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús"?
Por tanto,
regocijémonos en El Señor, nuestro libertador, el Señor Omnipotente, que es
nuestra fuerza y da a nuestros pies la ligereza de una gacela y nos hace andar
por las alturas.